La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una herramienta crucial en la transformación de diversos sectores. Su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos y aprender de ellos ha permitido avances significativos en áreas como la salud, la educación y la seguridad. En el ámbito gubernamental, la IA ofrece oportunidades para mejorar la eficiencia y la transparencia, optimizando procesos y facilitando la toma de decisiones informadas. Es esencial, sin embargo, que el desarrollo y la implementación de estas tecnologías se realicen con un enfoque ético, garantizando la protección de los derechos humanos y promoviendo la inclusión. Solo así podremos aprovechar plenamente el potencial de la inteligencia artificial para el beneficio de nuestra sociedad.